
Fue el mismisimo viernes en el Monumental, y se dió todo: buenos lugares, temas que no pensaba escuchar, un público sediento y enloquecido y un espectaculo que quedará en la historia del rock nacional.
Ver a soda fue algo practicamente indescriptible para mi, sin dudas es mi banda favorita (al menos de la Argentina) y poder verlos fue como cumplir con un viejo sueño que pensé que nunca podría realizar.
Casi tres horas de música y de genialidad que disfruté en cada segundo, y cada tema que fueron sacando del viejo baul de los recuerdos...
Sin dudas, el mejor recital de mi vida, lo mas impresionante que ví, tanto en calidad de sonido, en puesta en escena, como en calidad de músicos y en la nostalgia y la euforia que me generó...